Esta noche pasada celebramos la VII peregrinación nocturna de la juventud en el santuario da Franqueira. A las 9,30 de la noche iniciamos el ascenso desde el atrio del Santuario hasta el Vía Crucis de A Paradanta, para después, llegar hasta o Coto da Vella. Este años contamos con la presencia y la colaboración de Segundo Cousido, Salesiano y, Alberto Montes, Delegado diocesano de Pastoral Juvenil. Además, acompañados por ellos un grupo de jóvenes de distintos lugares de la Diócesis, así como, la del párroco vecino de Luneda Luis Manuel Goxzález. Participaron jóvenes, y no tan jóvenes, de las parroquias del entorno del santuario, con gran ilusión y una energía desbordante. Nos parecía imposible el llegar hasta la cumbre con una cruz de madera de 4 metros y salir airosos, pero, se consiguió.
La primera etapa, hasta bien entrados en la zona de la montaña baja, fue tranquila y saboreando el encuentro. Al hacer la parada desarrollamos el tema de entrar en la noche y su significado. A través de unas palabras escritas en unas cartulinas, fuimos descubriendo las situaciones y actitudes que pasan en la noche, que es tiempo de silencio, pensamientos, luchas, encuentro, confidencias, tentaciones, descanso, ... engarzamos esas noches en la cruz. Al llegar al comienzo del Vía Crucis hicimos una escucha, la canción Sueña, de Nico y Esther, del disco El reverso de mi piel. Un musical sobre la inmigración. Os dejo el enlace de la canción
El silencio se adueñó de todo el grupo. La propuesta era subir todo el trayecto hasta la cruz monumental acogiendo la palabra de la canción y dejarnos interpelar por la noche.. Solo se escuchaban los pasos, los cantos de los grillos, el viento. Un silencio que nos ayudó a entrar en contemplación. Y ésta fue, durante unos 20 minutos la que hicimos en la gran cruz. Dirigida por Alberto y acompañada de cantos de Taizé, pasamos un rato de oración, contemplación y petición.
Ya quedaba menos. En O Coto da Vella, Segundo nos invitó a adentrarnos en los sueños que tenemos en la vida, tomando como acogedora de los sueños de Dios a María, ella, estaba ilusionada con muchas cosas, pero Dios le propone algo mucho mayor. Y ella nos enseña a entrar en los sueños de Dios. Nos dedicamos a inflar globos y escribir nuestros sueños, engarzarlos y colocarlos en la cruz. Una vela encendida quedó como testimonio de nuestra oración. Descendimos por la montaña llegando al santuario un poco más tarde de la 1 de la madrugada. Un rato de oración agradecida y un chocolate reconstituyente.
Gracias a todos por vuestra participación, por vuestro testimonio, y por vuestra energía. Gracias por la alegría y la oración, por el silencio y la canción. Gracias por esta noche de sueños e ilusión de vida y resurrección. Gracias por María, nuestra Madre, la Madre del Señor.
Feliz domingo
Javier Alonso
A Franqueira
30-08-15