viernes, 21 de agosto de 2015

DESPEDIRSE EN A FRANQUEIRA


Ayer por la tarde, sentado en los soportales de la casa rectoral y charlando con un matrimonio, veo que llegan al santuario una chica y tres monjas. Su hábito blanco, que, con los rayos del sol resplandecía. Interrogante ¿de qué congregación serán?. Y a la distancia que me encontraba no distinguía del todo los detallas, hasta que, una de ella se acerca hacia el portal y me fijo en el cinto. Ah, ya se, franciscanas tienen que ser pues llevan el cordón de San Francisco. Ahora, de cuales de ellas son. Decidido entro en la iglesia y me presento. Eran Clarisas Franciscanas Misioneras de Santísimo Sacramento. Ya, es que no cabía más título. Las tres hermanas proceden de Ribadavia, y, venían a despedirse de la Virgen pues dejan el convento en el que estaban para volver a su Italia de origen. Sus nombres Andreina, Serafina y Ada. El corto tiempo que estuvieron en el Santuario, media hora de conversación, un rato de oración y participando en la Misa vespertina, llenaron de sonrisas el lugar. Con espontaneidad latina hicieron alguna intervención en la Eucaristía, se emocionaron en algunos momentos, rezamos por esta nueva etapa de la vida, y confiamos su misión a la Virgen. Como regalo cantaron un canto en italiano a  Nuestra Señora, el canto con el que realizan su consagración a la Virgen.
Dedicadas a la oración y a la misión, al salir hablamos de la situación actual, de las necesidades pastorales, de la pasión por el Evangelio, de la belleza del lugar, de la necesidad de una casa de espiritualidad en A Franqueira, porque el hombre de hoy está necesitado de silencio y encuentro. Pero parte de lo hablado lo pusieron en práctica. Mientras me preparaba para ir a otra parroquia las veo, con una familiaridad y alegría que se escuchaba por todas partes, hablando con algunos vecinos como si de toda la vida se conociese. Entre col y col lechuga, porque, con un canto, una sonrisas, un abrazo, les decían, la alegría viene del Señor, el que vive en Dios es feliz, cuando escuchen la campana dejen todo y vayan a Misa, es lo más grande... y otras palabras llenas de cariño.
Cuanta necesidad tenemos de alegría, de encuentro, de amistad, de que el mandamiento principal que nos dice hoy el evangelio sea realidad.

Nosa Señora da Franqueira, acompaña, coida e protexe ás irmás Andreina, Serafina e Ada. 

Feliz día
Javier Alonso
A Franqueira
21-08-15

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