miércoles, 12 de agosto de 2015

CORREGIR




El capítulo 18 de San mateo se conoce como el discurso comunitario. Jesús da instrucciones sobre la vida interna de la Iglesia naciente. Se ve que desde entonces existían problemas de relación entre los miembros de las comunidades, por eso, Mateo recuerda las palabras de Jesús. Una y otra vez ofrece la oportunidad de que aquel que ha cometido un error, desde el diálogo personal, la conversación con varios testigos y el asesoramiento de la comunidad, si, a pesar de todo no acepta cambiar de conducta, entonces, sea considerado como "un publicano o como un pagano", esto es, ya no es miembro de la comunidad. Pero esta no es una mera cuestión de orden social en el seno de un grupo de personas, sino, el cuidado de una comunidad de fe que debe distinguirse de cualquier organización, no en las normas, sino en el estilo. No es una sociedad exclusivista, sino una comunidad de hermanos que se ayudan mutuamente a crecer en la fe, y que, en la debilidad de sus miembros, manifiestan la comprensión, la escucha, la ayuda, el acompañamiento. El que se equivoca, peca, necesita ayuda, no es una cuestión ta individual que sea un coto cerrado, sino, al tener consecuencias en las relaciones con los demás, debe ser ayudado. 
Los problemas a la hora de plantearnos la corrección son los siguientes:
1.- En todo caridad, todo se hace por amor.
2.- Servicio, ayudar al otro a cambiar,a  corregir es un servicio a la persona y a la comunidad.
4.- Comprensión y escucha, empatía, meterse en la piel de otro, no tener una visión de "yo soy el bueno y vengo a ayudarte", sino que, en la debilidad del otro veo mi propia debilidad.
5.- Desde la oración y el buen consejo. La corrección  debe ser en nombre del Señor, no en la de uno, no soy yo el que juzgo, sino el amor de Dios el que deja en evidencia nuestras incoherencias y sale al encuentro de nuestro pecado.
6.- Darse nuevas oportunidades. Nada está perdido porque es Dios el que nos da continuas muestras de su misericordia.
7.- Los cambios son victorias. Cuando nos ayudan a cambiar de actitud entonces estamos venciendo a un muchos enemigos que nos cercan para impedir el crecimiento del Reino.
8.- Discernir. No es una labor de uno solo, sino de todos bajo la inspiración del Espíritu. Saber dónde está la voluntad de Dios es tarea de toda la Iglesia.
9.- Humildad mutua. Tanto el que yerre como el que corrige necesitan una dosis de humildad venida del cielo, por el primero para aceptar la corrección, pero el segundo para saberse instrumento del amor de Dios.
10.- De todo esto lo que descubro qué buen psicólogo es Jesús. Pero sobre todo que es El quien sale a nuestra encuentro para descubrirnos el largo camino que tenemos para crecer.

Nosa Señora da Franqueira, refugio de pecadores, ayúdanos a corregir de nuestros errores, pues eres tú nuestra maestra.

Feliz día
Javier Alonso
A Franqueira
12-08-15

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