viernes, 22 de julio de 2016

¡RABBONI! MAESTRO



Juan 20,1.11-18

1.- Este año la festividad de Santa María Magdalena tiene un carácter muy especial. El Papa Francisco ha declarado este día como fiesta litúrgica denominando a la primer testigo de la resurrección de Jesús "apóstol de los apóstoles". No es un guiño al feminismo sino la puesta de largo de una mujer marcada por la manipulación de tantos novelistas y cineastas y tantos gurús a los que les encanta enmascarar  a este personaje con una historia épica que "desmonte" la doctrina de la Iglesia. Una pseudohistoria que convierte a la testigo de la resurrección en un "monigote" de algunos. Francisco ha reconocido lo que en oriente viene siendo habitual.

2.- Hoy es proclamado el encuentro de la Magdalena con el Resucitado. Es este encuentro, el reconocimiento de ambos, El la llama por su nombre, María; ella le adora como discípulo "Maestro". El le hace capaz de tan grande noticia, ella es mensajera ante los apóstoles. Desde el encuentro con Cristo puede ser testigo "He visto al Señor y ha dicho esto".

3.- Ahora, en la entrada del sepulcro, viendo el interior vacío, en el sepulcro de nuestra muerte, en las entrañas de nuestra miseria, Cristo es la victoria que se nos muestra y nos llama por nuestro nombre. Es El quien nos hace testigos, y ahora, nosotros, con Magdalena decimos "he visto al Señor". Es Cristo resucitado quien nos envía a anunciar lo que ha hecho con nosotros, haciéndonos pasar del llanto a la alegría del testimonio.

Aquí os dejo el prefacio de la Misa del día de hoy
Feliz día
Javier Alonso
A Franqueira
22-07-16

SANTA MARÍA MAGDALENA

Fiesta

Prefacio

APÓSTOL DE LOS APÓSTOLES

V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.
V/. Levantemos el corazón.
R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R/. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación,
aclamarte siempre,
Padre todopoderoso,
de quien la misericordia
no es menor que el poder,
por Cristo, Señor nuestro.
El cual se apareció visiblemente en el huerto
a María Magdalena,
pues ella lo había amado en vida,
lo había visto morir en la cruz,
lo buscaba yacente en el sepulcro,
y fue la primera en adorarlo
resucitado de entre los muertos;
y él la honró ante los apóstoles
con el oficio del apostolado
para que la buena noticia de la vida nueva
llegase hasta los confines del mundo.
Por eso, Señor,
nosotros, llenos de alegría,
te aclamamos con los ángeles y con todos los santos, diciendo:
Santo, Santo, Santo…

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