Mateo 11,25-27
1.- Los que por naturaleza somos un poco desordenados nos sorprende la capacidad de mantener todo en su sitio de los que son ordenados. Más aún, el orden en las cosas permite ver desde la sencillez más espacio y tener un poco de paz en tu entorno. El desorden es un poco barroco, en el sentido que lo llena todo y te desborda por todas partes. El orden en una sala o en una habitación te sitúa sencillamente ante cada cosa como lo que es. Es el ámbito interior no pasa igual. Un formador nos decía en el seminario menor, "como esté tu armario y tu habitación así está tu alma". Vaya con el refrán, pues si que da trabajo tener el armario del interior con cada cosa en su sitio.
2.- Hoy Jesús da gracias al Padre por los sencillos. Y ser sencillo, que no significa ser simple en el aspecto peyorativo, es tener poco que amontonar y saber para que vale cada cosa. Tener el corazón dispuesto y decir sí a la Palabra. Los sabios y entendidos se llenan de sabidurías a veces prepotentes, ser sencillo es decir 2+2 = 4, porque las sabidurías de este mundo le dan una y otra vuelta. Porque el sencillo que acoge el evangelio de Jesús sabe que amar es amar, que la ofensa es pecado, que el perdón viene de Dios, que hacer el bien es lo mejor, que la bondad no pasa de moda, que la limpieza de corazón se ve en los ojos... no compliquemos el evangelio, porque Jesús nos lo pone en bandeja, y además, contamos con la ayuda del Espíritu.
3.- Sencillez, cada cosa en su sitio y cada sitio para cada cosa. Sencillez para abrir el alma y recibir el agua fresca del Evangelio. Sencillez para ver cara a cara y descubrir el rostro del amante que es Jesús. Sencillez para no llenarnos de cosas que nos estorban y nos hacen tropezar, sino tener espacio para acoger al otro. Sencillez para tener el tiempo en orden. Sencillez.
Nosa Señora da Franqueira, axúdanos a ser sinxelos, pobres, pequenos como ti para recibir ao Señor.
Feliz día
Javier Alonso
A Franqueira
13-07-16
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