domingo, 26 de abril de 2015

YO SOY LA PUERTA


Cristo ha resucitado. Aleluya

Sinceramente no se me ocurriría compararme con una puerta. Jesús no hace una comparación, sino que, se identifica con una puerta. Y mi imaginación va a esas puertas solemnes, grandes, adornadas, embellecidas con solemnidad. No. El habla de la puerta de un corral, un simple puerta por la que entran las ovejas. Y es que Jesús nos habla de entrar por su sencillez, por lo cotidiano, por lo que pisamos cada día. Y ahora, voy a ver la puerta de los hogares. Puertas sencillas, adornadas, pero con la vivencia cotidiana de la familia, con sus flores cuidadosamente puestas, con el nombre de los miembros de casa. Si, Jesús, es uno de nuestra familia. Pongamos quien vive en casa, padres, niños, abuelos, quienes sean, con sus historias cotidiana. En nuestras puertas, por las que entramos, es la del Señor. Porque entramos en la cotidianidad de que El está con nosotros. Al entrar en casa, entremos en Cristo, con los nuestros. Al entrar en el templo entremos por Cristo al encuentro con la familia de la comunidad. Al entrar en el trabajo entremos en Cristo en la construcción del Reino. Al entrar en el hospital, en la cárcel, en la casa del pobre, en el que está solo, en el inmigrante, entremos en Cristo que espera.
Jesús hoy concluye con una palabra que nos debe hacer llenar el corazón y todo nuestro interior salar de alegría: "yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia". 
Señor, Tu nos traes vida en abundancia, porque no eres conformista con darnos poco, nos das sobreabundantemente, nos das exageradamente, nos das de sobra, pero, por favor, ayúdanos a saber administrar bien nuestra vida, a que demos esta vida llamada a la infinitud. Gracias, Señor, Buen pastor, la puerta de la vida.
(Juan 10,1-10)

Nosa Señora da Franqueira, cóllenos da man para que non andemos buscando outras portas que levan a ningures.

Feliz día
Javier Alonso
A Franqueira
27-04-15

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