No soy digno de que entres en mi casa.
El centurión cree desde la admiración de ser escuchado, acogido, que su súplica encuentra la luz de una respuesta en la persona de Jesús.
El centurión es la condición humana que se encuentra con Jesús en el camino, entrando en la ciudad, haciéndose presente en la ciudad del mundo.
Un criado con parálisis y sufriendo. ¿No hay solución? ¿solo consuelo? La propuesta de Jesús es la sanación. El centurión solo presenta su caso, Jesús propone lo imposible.
Todos somos llamados a descubrir este camino de encuentro que revela la salvación en medio del sufrimiento del hombre
Ven, caminemos a la luz del Señor (Isaias)
Si, ojalá caminemos siempre en su luz!
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