sábado, 9 de junio de 2018

ESCUCHA Y TENDRÁS VIDA




Este domingo, retomadas las lecturas del Tiempo ordinario, nos sitúa frente a los que se enfrentaban a Jesús. No aceptaban que un "no instruido" según ellos en el arte de las leyes divinas viniese a hablar de Dios como Padre. No consentían que un artesano liberase a los asediados por el Mal. No podían ver con buenos ojos que todos lo buscasen a él, que quisieran estar con él.

recordemos el texto de este domingo en el Evangelio  de Marcos

"Foron para a casa; alí xuntouse de novo tanta xente, que nin podían comer. E cando o souberon os seus parentes, foron buscalo á forza; porque a xente dicía que perdera o sentido.
Os letrados que baixaran de Xerusalén, dicían: "ten dentro a Belcebú; bota fóra os demoños co poder do príncipe dos demoños". El chamou por eles e púxolles estas comparanzas:
‑¿Como pode Satán botar a Satán? Se un reino está dividido en contra de si mesmo, non se pode manter en pé. Se unha casa está dividida en contra de si mesma, non pode subsistir. Así que, se Satán está dividido e loita contra si mesmo, non pode subsistir e está perdido.
Ninguén pode entrar na casa dun home forte, e roubarlle canto ten, se primeiro non o amarra; só entón poderá arramplar con canto hai na casa.
Tede por seguro que todo se lles perdoará ós homes, os pecados e cantas blasfemias digan; pero a quen blasfeme contra o Espírito Santo, nunca se lle perdoará, e cargará eternamente co seu pecado.
Isto dicíao porque eles acusábano de que tiña dentro un espírito malo.
Nisto chegan súa nai e mais os seus irmáns, e mandárono chamar desde fóra. Era moita a xente que estaba sentada arredor del, e fóronlle dicir:
‑Aí fóra están túa nai e mais teus irmáns, que te veñen buscar.
El respondeu:
‑¿Quen é miña nai, e quen son meus irmáns?
E mirando os que estaban sentados arredor del, dixo:
‑Velaí a miña nai e mais os meus irmáns: pois o que cumpra a vontade de Deus, ese é o meu irmán, a miña irmá e miña nai."

No tenía ni tiempo para comer, todos le buscaban. Jesús estaba desbordado, y vienen ellos, y lanzan una calumnia. Curioso, no hace mucho, el Papa Francisco, en esa insistencia en que cuidemos las relaciones, habla del chismorreo como terrorismo. Lo define como el que va, pone la bomba y se escabulle dejando las consecuencias de muerte. Y en esto vemos los letrados buscan la confusión, arremeten contra Jesús poniendo esa semilla de maldad "lo hace en nombre de Belcebú". Esto nos suena. Alguien que molesta porque es bueno, porque hace el bien, ya se mete la inquina "será por interés", "buscará beneficio", "seguro que está pagado por otros". Quien no escucho en alguna ocasión que si la Iglesia, o una obra de caridad o personas concretas, están al servicio de "intereses ocultos". Pues, como se puede comprobar esto de lanzar la bomba del escándalo o el desprestigio, o desgraciadamente la calumnia, viene de lejos. No olvidemos lo que Jesús nos dice "bienaventurados cuando os persigan, calumnien por mi nombre...".
Es bueno conocer las motivaciones de las decisiones y el fundamento de lo que hace. Demos un pequeño repaso:
Jesús es impulsado por el Espíritu, y éste lo lleva como leemos en el evangelio, a entrar en el desierto, a vencer la tentación, a ser ungido como Mesías en medio de los que acudían a ser bautizados por Juan. Por lo tanto, en el silencio del desierto, Jesús no busca el éxito, sino discernir la voluntad del Padre. Su elección es desde el despojarse de si.
Su palabra es una llamada a la conversión, pues está cerca el Reino. Es una invitación a la fe. Sigue la tradición profética llamando a volver el corazón al Padre amado.
Su elección no es los importantes, destacados y próceres de la sociedad, llama a hombres sencillos, trabajadores, algunos de conducta bastante cuestionable, no pocos eran pecadores. No buscaba pues influencias en las altas esferas de la sociedad.
Su cercanía es a los despreciados, a los aprisionados por el mal. El Reino es liberar al hombre de lo que lo esclaviza, sanar al que no tiene esperanza, dar palabra a quien está vacío. Pero lo hace en contra del criterio de lo establecido. Habla de perdón, cura en sábado, toca leprosos, cuestiona las normas injustas que algunos justifican como divinas.
Marcos lleva pocos capítulos, solo tres, y ya están algunos confabulando para eliminar a Jesús. El elije a doce, por sus nombres, para que estuviesen con él, predicar y sanar liberando del mal con misma autoridad. Esto ya no hay quien lo pare. El Reino está entre nosotros.
Ahora, la presencia de sus parientes, de su madre, le ayuda a dejar claro cual es la motivación, la razón de todo "escucha la Palabra", resuena el "Shema Israel", escucha Israel. Dejemos de escucharnos a nosotros mismo, nuestros intereses, nuestros gustos, nuestras satisfacciones, nuestros éxitos. Al escuchar, acogemos el deseo de Dios para nosotros. Escuchar es entrar en relación, por eso, Jesús habla de familiaridad, de acogida fecunda, de unidad. Escuchar la Palabra, escuchar a Dios, acogerle en nuestro corazón, hacerle nuestro y dejarnos hacer de El es fecundidad, es unidad, es vida. No de lo que le acusaban los letrados.
Escucha y eres hermano, hermana, madre, de El, de Jesús. Escucha y la palabra será fecunda haciendo presencia del mismo Señor, del Reino, de la salud de la libertad. Escucha y tu mirada será la de ser hermano en Cristo con el hermano.
Escucha y vivirás.

Feliz domingo a todos
Xabier Alonso
A Franqueira, Prado, A Lamosa
10/06/2018



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