jueves, 12 de noviembre de 2020

NOVENA E ÁNIMAS. Día 8

 


DIA OCTAVO

AL ATARDECER DE LA VIDA, ME EXAMINARÁN DEL AMOR

 

 

Del Evangelio de San Mateo: (Mt 25,34 ss.)

Entonces el rey dirá a los de la derecha: Venid, benditos de mi Padre, a heredar el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, era inmigrante y me acogisteis, estaba desnudo y me vestisteis, estaba enfermo y me visitasteis, estaba encarcelado y vinisteis a verme. Los justos le responderán: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos, sediento y te dimos de beber, inmigrante y te recibimos, desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o encarcelado y fuimos a visitarte? El rey les contestará: Os aseguro que lo que hayáis hecho a uno solo de estos mis hermanos menores, a mí me lo hicisteis.

 

Cada día es para nosotros una oportunidad para el amor y una “aventura” para estar en Dios. Cuando vivimos en la confianza en Dios siempre estamos preparados para dar cuentas de la administración de lo que somos y hacemos. El texto de San Juan de la Cruz, “Al atardecer de la vida me examinarán del amor”, adquiere cada día actualidad.

 

Al final de nuestra peregrinación seremos examinados por el amor de Dios. Por eso necesitamos descubrir la presencia del Amado cada día y poder responderle a su llamada. Escuchemos algunas frases del testamento del Papa Beato Juan XXIII. Es un buen esquema de examen.

 

Me causa gran alegría en el corazón renovar íntegra y fervorosa mi profesión de fe

católica, apostólica y romana.

Pido perdón a quienes hubiera ofendido inconscientemente; a cuantos no hubiese

causado edificación.

Siento que no tengo nada que perdonar a nadie, porque en cuantos me conocieron y se relacionaron conmigo -aunque me hubieran ofendido o despreciado o tenido, justamente por lo demás, en poca estima, o me hubieran sido motivo de aflicción- no reconozco sino hermanos y bienhechores, a los que estoy agradecido y por los que ruego y rogaré siempre.

Nacido pobre, pero de gente honrada y humilde, estoy particularmente contento de morir pobre, habiendo distribuido según las diversas exigencias y circunstancias de mi vida sencilla y modesta, en servicio de los pobres y de la santa Iglesia que me ha nutrido, cuanto me vino a caer entre manos

La bondad de la que mi pobre persona fue hecha objeto por parte de cuantos encontré en mi camino hizo serena mi vida.

Espero y acogeré sencilla y alegremente la llegada de la hermana muerte según todas las circunstancias con las que le parezca bien al Señor enviármela.

Hijos míos, hermanos míos, hasta la vista.

 



En Cristo, que vendrá un día a juzgar al mundo, oremos diciendo:

 

Ten misericordia de nosotros

 

1.      Por los pobres y los que sufren.

2.      Por los desnudos de dignidad y esperanza.

3.      Por los sedientos de justicia.

4.      Por los hambrientos de bondad.

5.      Por los encarcelados y secuestrados.

6.      Por los desplazados y emigrantes.

7.      Por los perseguidos por creer.

8.      Por los difuntos necesitados de perdón

 

 

Oración para aprender a amar de Teresa de Calcuta

 

Señor, cuando tenga hambre, dame alguien que necesite comida;
Cuando tenga sed, dame alguien que precise agua;
Cuando sienta frío, dame alguien que necesite calor.
Cuando sufra, dame alguien que necesita consuelo;
Cuando mi cruz parezca pesada, déjame compartir la cruz del otro;
Cuando me vea pobre, pon a mi lado algún necesitado.
Cuando no tenga tiempo, dame alguien que precise de mis minutos;
Cuando sufra humillación, dame ocasión para elogiar a alguien; Cuando esté desanimado, dame alguien para darle nuevos ánimos.
Cuando quiera que los otros me comprendan, dame alguien que necesite de mi comprensión;
Cuando sienta necesidad de que cuiden de mí, dame alguien a quien pueda atender;
Cuando piense en mí mismo, vuelve mi atención hacia otra persona.

Haznos dignos, Señor, de servir a nuestros hermanos;
Dales, a través de nuestras manos, no sólo el pan de cada día, también nuestro amor misericordioso, imagen del tuyo.

 RESPONSO

Sacerdote: -No te acuerdes, Señor, de nuestros pecados.

R.-Cuando vengas a juzgar al mundo

 

Sacerdote: -Señor, Dios nuestro, dirige nuestros pasos en tu presencia.

R.-Cuando vengas a juzgar al mundo

 

Sacerdote: -Dales, Señor, el descanso eterno y brille para ellos la luz eterna

R.-Cuando vengas a juzgar al mundo

 

Sacerdote: -Señor, ten piedad

R.-Señor, ten piedad.

 

Sacerdote: -Cristo, ten piedad.

R.-Cristo, ten piedad.

 

Sacerdote: -Señor, ten piedad

R.-Señor, ten piedad.

 

Todos: Padre nuestro...

 

Sacerdote: -Libra, Señor, sus almas

R.-De las penas del infierno

 

Sacerdote: -Descansen en paz

R.-Amén

 

Sacerdote: -Señor, escucha nuestra oración

R.-Y llegue a ti nuestro clamor.

 

Sacerdote: -El Señor esté con vosotros

R.-Y con tu espíritu

 

Sacerdote: Oremos: Te rogamos, Señor, que absuelvas las almas de tus siervos difuntos de todo vínculo de pecado, para que vivan en la gloria de la resurrección, entre tus santos y elegidos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén

 

Sacerdote: -Dales, Señor, el descanso eterno

R.-Y brille para ellos la luz eterna

 

Sacerdote: -Descansen en paz

R.-Amén

 

Sacerdote: -Sus almas y las almas de todos los fieles difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz.

R.-Amén

 

 

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