DIA OCTAVO
AL ATARDECER DE LA VIDA, ME EXAMINARÁN DEL
AMOR
Del
Evangelio de San Mateo: (Mt 25,34 ss.)
Entonces
el rey dirá a los de la derecha: Venid, benditos de mi Padre, a heredar el
reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y
me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, era inmigrante y me
acogisteis, estaba desnudo y me vestisteis, estaba enfermo y me visitasteis,
estaba encarcelado y vinisteis a verme. Los justos le responderán: Señor,
¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos, sediento y te dimos de beber,
inmigrante y te recibimos, desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o
encarcelado y fuimos a visitarte? El rey les contestará: Os aseguro que lo que
hayáis hecho a uno solo de estos mis hermanos menores, a mí me lo hicisteis.
Cada día es para nosotros una oportunidad para el amor y
una “aventura” para estar en Dios. Cuando vivimos en la confianza en Dios
siempre estamos preparados para dar cuentas de la administración de lo que
somos y hacemos. El texto de San Juan de la Cruz, “Al atardecer de la vida me
examinarán del amor”, adquiere cada día actualidad.
Al final de nuestra peregrinación seremos examinados por
el amor de Dios. Por eso necesitamos descubrir la presencia del Amado cada día
y poder responderle a su llamada. Escuchemos algunas frases del testamento del
Papa Beato Juan XXIII. Es un buen esquema de examen.
Me causa gran alegría en el corazón renovar íntegra y
fervorosa mi profesión de fe
católica, apostólica y romana.
Pido perdón a quienes hubiera ofendido inconscientemente;
a cuantos no hubiese
causado edificación.
Siento que no tengo nada que perdonar a nadie, porque en
cuantos me conocieron y se relacionaron conmigo -aunque me hubieran ofendido o
despreciado o tenido, justamente por lo demás, en poca estima, o me hubieran
sido motivo de aflicción- no reconozco sino hermanos y bienhechores, a los que
estoy agradecido y por los que ruego y rogaré siempre.
Nacido pobre, pero de gente honrada y humilde, estoy
particularmente contento de morir pobre, habiendo distribuido según las
diversas exigencias y circunstancias de mi vida sencilla y modesta, en servicio
de los pobres y de la santa Iglesia que me ha nutrido, cuanto me vino a caer
entre manos
La bondad de la que mi pobre persona fue hecha objeto por
parte de cuantos encontré en mi camino hizo serena mi vida.
Espero y acogeré sencilla y alegremente la llegada de la
hermana muerte según todas las circunstancias con las que le parezca bien al
Señor enviármela.
Hijos míos, hermanos míos, hasta la vista.
En Cristo, que vendrá un día a juzgar al mundo, oremos
diciendo:
Ten misericordia de nosotros
1.
Por los pobres y los
que sufren.
2.
Por los desnudos de
dignidad y esperanza.
3.
Por los sedientos de
justicia.
4.
Por los hambrientos
de bondad.
5.
Por los encarcelados
y secuestrados.
6.
Por los desplazados
y emigrantes.
7.
Por los perseguidos
por creer.
8.
Por los difuntos
necesitados de perdón
Oración para aprender a amar de Teresa de Calcuta
Señor, cuando
tenga hambre, dame alguien que necesite comida;
Cuando tenga sed, dame alguien que precise agua;
Cuando sienta frío, dame alguien que necesite calor.
Cuando sufra, dame alguien que necesita consuelo;
Cuando mi cruz parezca pesada, déjame compartir la cruz del otro;
Cuando me vea pobre, pon a mi lado algún necesitado.
Cuando no tenga tiempo, dame alguien que precise de mis minutos;
Cuando sufra humillación, dame ocasión para elogiar a alguien; Cuando esté
desanimado, dame alguien para darle nuevos ánimos.
Cuando quiera que los otros me comprendan, dame alguien que necesite de mi
comprensión;
Cuando sienta necesidad de que cuiden de mí, dame alguien a quien pueda
atender;
Cuando piense en mí mismo, vuelve mi atención hacia otra persona.
Haznos dignos,
Señor, de servir a nuestros hermanos;
Dales, a través de nuestras manos, no sólo el pan de cada día, también nuestro
amor misericordioso, imagen del tuyo.
Sacerdote: -No te acuerdes, Señor,
de nuestros pecados.
R.-Cuando
vengas a juzgar al mundo
Sacerdote: -Señor,
Dios nuestro, dirige nuestros pasos en tu presencia.
R.-Cuando
vengas a juzgar al mundo
Sacerdote: -Dales,
Señor, el descanso eterno y brille para ellos la luz eterna
R.-Cuando
vengas a juzgar al mundo
Sacerdote: -Señor,
ten piedad
R.-Señor,
ten piedad.
Sacerdote: -Cristo,
ten piedad.
R.-Cristo,
ten piedad.
Sacerdote: -Señor,
ten piedad
R.-Señor,
ten piedad.
Todos:
Padre nuestro...
Sacerdote: -Libra,
Señor, sus almas
R.-De las penas del infierno
Sacerdote: -Descansen
en paz
R.-Amén
Sacerdote: -Señor,
escucha nuestra oración
R.-Y llegue a ti nuestro clamor.
Sacerdote: -El
Señor esté con vosotros
R.-Y con tu espíritu
Sacerdote: Oremos: Te rogamos,
Señor, que absuelvas las almas de tus siervos difuntos de todo vínculo de
pecado, para que vivan en la gloria de la resurrección, entre tus santos y
elegidos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén
Sacerdote: -Dales,
Señor, el descanso eterno
R.-Y brille para ellos la luz eterna
Sacerdote: -Descansen
en paz
R.-Amén
Sacerdote: -Sus
almas y las almas de todos los fieles difuntos, por la misericordia de Dios,
descansen en paz.
R.-Amén
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