viernes, 21 de agosto de 2020

NOS HACEN PERDER LA FE

Hace unos años descubrí una carta en un cepillo de limosnas en la iglesia. Esto me hizo pensar en la posibilidad de poner un buzón de sugerencias. Pero al comenzar a leer pensé que mejor era poner uno de quejas. La misiva exponía el disgusto, el pesar, la angustia... y eran muy abundantes las expresiones que provocaban no se si su ira porque la pileta del agua bendita estaba seca. "Es una vergüenza, ustedes nos hacen perder la fe". Lo cual me hizo repensar que lo mejor era o poner una catequesis de adultos o un consultorio.
Cada vez que paso por delante de la pileta me acuerdo de esta escena. Y ahora, que llevan meses vacías, pienso en misa adentros donde estará la fe de esta buena persona. Porque hemos pasado semanas confinados viviendo la fe en casa, una semana santa desde el salón con una angustia y un pesar indescriptibles. Nos hemos amoldado a una nueva forma de entrar en el templo, el agua bendita se cambió por geles que también nos hablan del sentido purificador de la vida cristiana, nos damos la paz con una mirada y un gesto más nipón que galaico, se acabaron procesiones y gestos tradicionales de expresión devocional, y aún lo que queda. 
Ayer el texto de Ezequiel nos decía "derramaré sobre vosotros un agua pura, que os purificará de vuestras inmundicias". Derrama sobre nosotros, Señor, el agua de la presencia de tu amor. Revitaliza nuestra fe

Buen día
Xabier Alonso

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