Que bien nos viene la fiesta de hoy de la Conversión de S. Pablo. Estamos, una y otra vez, escuchando, reflexionando y decidiéndonos en clave de conversión. Y el fundamento de ésta la tenemos en la narración que nos hace el mismo Pablo. Lo que habitualmente resumimos en esa frase "cayó del caballo". Y a mí, personalmente, mucho me cuesta "caer da burra". Pero no caemos como consecuencia de una ineficacia, sino de quien nos derrota. O nos dejamos vencer por su amor, el de Cristo, o seguiremos cabalgando en balde, luchando sin sentido y agarrándonos a lo que no tiene más meta que nosotros mismos.
Pablo pasó de perseguidor a apóstol, cambió el odio por el amor. Si Cristo lo logró en él, ¿por qué tantos impedimentos en mí para ser obra de su Gracia?
El Señor llama para enviar, elige para la misión, cuida para ser testigo.
En este tiempo de conversión personal estamos llamados, como seguimos reflexionando a una conversión pastoral. Decía Bonhöffer"Nuestra existencia de cristianos tendrá dos aspectos en la actualidad: orar y hacer justicia entre los hombres... la actividad de los cristianos ha de ser oculta y callada, pero habrá hombres y mujeres que rezarán, actuarán y esperarán el tiempo de Dios"
Feliz día
Xabier Alonso
25-01-2019
Evanxeo: Mc 16, 15-18
Díxolles Xesús aos seus discípulos:
--Ide polo mundo enteiro anunciando a Boa Nova a toda a creación. Quen crea e se bautice, salvarase; quen non crea, condenarase. As persoas que crean irán
acompañadas destes sinais: no meu nome botarán demos, falarán linguas novas; collerán serpes coas mans e, se chegan a beber algún veleno, non lles fará mal ningún; imporanlles as mans aos enfermos e estes curarán.
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