sábado, 31 de octubre de 2015

Santidad y misericordia. Todos los santos.




En esta celebración de todos los santos, traigo a la reflexión unas palabras que enlazan a través de distintos textos de la Revelación: "Sed santos..." (Levítico 19,2) ... "Sed perfectos..." (Mateo 5,48)... "Yahveh, Dios misericordioso y clemente... (Exodo 34,6)... "Sed compasivos... "(Lucas 6,36). 
La invitación a la santidad, la perfección, la la clemencia, la compasión, la misericordia, todas están finalizadas con un comparativo ... como vuestro Padre es perfecto, santo, bueno, clemente, misericordioso, compasivo. La santidad pues es la de dejarse llenar de la bondad de Dios, de lo que Dios hace en nosotros, permitir que Dios sea en mí y yo en Dios. Así, desterrando de nosotros por la Gracia lo que impide la bondad, la compasión, la misericordia, viendo que todo esto actúa en nuestra vida a través del perdón, la comprensión, la vida, el amor, no podemos negarnos a realizarlo con los demás. La santidad no es para superdotados, elitistas virtuosos, hombres y mujeres fuera del mundo que no conocen el riesgo de ser tentados, la satisfacción o los placeres de las cosas superfluas, la atracción de lo que no se debe hacer pero que regusta y disgusta después,. Los santos no son de madera apolillada ni de frío mármol, sino hombres ty mujeres de carne y hueso que han dicho sí al amor de Dios y se han dejado formar y moledar por el Espíritu de Dios, y han luchado contra si mismos, y han hecho opciones valientes en la vida, y se han decidido y entregado todo a Dios. ¿No los conoces?, Seguro que sí. No hace falta ir al santoral o al calendario de la cocina para reconocer la santidad de los amigos de Dios. Los conoces y hoy los celebramos y le damos gracias a Dios. Yo, de verdad los he conocido y a veces me arrepiento de no haber aprovechado la oportunidad de haber aprendido más de ellos y de pedirles que me ayudasen a ser mejor persona, que es ser mejor cristiano. Hombres y mujeres que antepusieron y priorizaron obrando lo que Dios les inspira. Así la oración marca el ritmo de la vida diaria en diálogo sincero y entrañable con Dios. En una visión de la vida positiva y esperanzadora, a pesar de las dificultades y problemas, dando sonrisas en medio de dolores, o agradecimientos en lugar de reprimendas, o abrazos en vez de bofetadas. Yo conozco santos y santas que caminan por nuestras calles, que cada día convierten su hogar en casa de oración, de fe, en una Iglesia con las puertas abiertas y las luz encendida para escuchar y hablar al corazón de Dios en el corazón del hombre. Yo conozco santos y santas que cada mañana salen a su puesto de trabajo, pensando en los suyos, con los hijos y sus problemas en su corazón, pero llevan ya en su cuerpo al Señor porque ya han ido a Misa o ya han leído la Palabra. Yo conozco santos y santas que dedican horas y horas, mientras otros se amodorran frente a una pantalla, y están compartiendo la caridad de Dios con un pobre, con un anciano, con un enfermo, con un inmigrante, con los que nadie quiere. Conozco santos y santas que creen en la reconciliación, en la unidad, en la paz, en la bondad del hombre, que hablan de justicia, de verdad. Yo conozco santos y santas que han consagrado sus vidas a Dios en pobreza, en castidad y en obediencia. Conozco santos sacerdotes que lo dan todo por su parroquia, que escuchan, acogen, oran, acompañan, celebran y llevan el perdón y el consuelo a los demás, que construyen la Iglesia de Cristo. Yo conozco santos y santas que hacen suya lo que nos reclama Jesús "Sed misericordioso como vuestro Padre es misericordioso"
En la bula del Jubileo el Papa Francisco nos dice en referencia a esta frase, que es el lema del Año Jubilar ""Sed misericordiosos como el Padre vuestro es misericordioso" es un programa de vida tan comprometedor  como rico en alegría y en paz. El imperativo de Jesús se dirige a cuantos escuchan su voz. Para ser capaces de misericordia, entonces, debemos en primer lugar colocarnos a la escucha de la Palabra de Dios. esto significa recuperar el valor del silencio para meditar la Palabra que se nos diirge. De este modo es posible contemplar la misericordia de Dios y asumirla como propio estilo de vida (MV 13)

Feliz día de todos los santos

Javier Alonso
A Franqueira
1-11-15





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