Una de las frases más socorridas. María, la hermana de Marta, en aquella casa refugio a la que acudía Jesús, estaba a sus pies perdiendo el tiempo escuchando. Sí, algo que hacemos continuamente, pero escuchamos, o dejamos que nos vengan palabras y mensajes, lluvias torrenciales de palabrería, tormentas de slogans... perdonad este lenguaje tan tormentoso, pero es que con tanta lluvia a uno le brota el agua por todas parte. Vamos que lo que venía diciendo es que , vamos por la calle y tenemos el teléfono en la oreja, entras en el bar y la tele encendida, el móvil con los diversos medios para conectarse, que vas en el coche y enciendes la radio, que llegas a casa y la tele encendida... mensajes que bombardean sin demora ni tregua. Pero, ¿eso es escuchar?. Lo que hacía Marta es disfrutar en la escucha, disfrutar del momento de poder acoger la Palabra. Y nosotros no tenemos tiempo. Es gran tesoro que gestionamos como podemos, que intentamos alargarlo más que un chicle, que queremos que sea lo más rentable. No pocas veces la muletilla "no tengo tiempo" va acompañada en alguna conversación de "el otro día pasando por los canales de TV vi...", o "yo casi no veo la tele"... o "a mí solo me interesan los programas culturales", vamos que la 2 de TVE está a tope de telespectadores. Pero, oh casualidad, sea como sea estamos desbordados cuando se trata de la escucha. No tenemos tiempo y el tiempo se nos va, es como granos de oro que tenemos en las manos y se va escabullendo entre los dedos sin retorno ni posibilidad de recuperarlo. El tiempo, ese buen sabor que tienes en la boca, pero que como nubecilla de azúcar de verbena endulza pero no llena. Tiempo, necesitamos tiempos de calidad y calidad en nuestro tiempo. Saber escoger los momentos que deseo disfrutar con el Señor, a solas, o a través de los hermanos. Tiempo de calidad para escucharnos, intentar comprendernos, reconocernos, y sentirnos protagonistas de nuestra historia.
Nosa Señora da Franqueira, cando recibiches o anuncio do Anxo, dixeches sí, e, saíches ás presas pola montaña a visitar á túa curmá Isabel. Decidiches que este era o tempo de que o Fillo de Deus se amosase xa, sen esperar, na caridade. Saíches correndo, sen máis explicacións, a atender o importante e necesario. Axúdanos a decidirnos polo Señor.
Feliz día
Javier Alonso
A Franqueira
06-10-15
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