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| Esta foto está tomada en el año 1981 |
Desde la montaña todo se ve de otra forma. Estos días de temporal, lo que ahora denominan ciclogénesis explosiva, lo han vivido cientos de generaciones y han sobrevivido en peores condiciones. Basta recordar la tormenta del año 1892 que supuso la caída de parte de la torre de la iglesia da Franqueira, la cual, fue necesario construir de nuevo por el maestro cantero Ignacio Cerviño, el famoso escultor del cruceiro de Hío. ¡Esas sí que eran tormentas!. Que en las condiciones en las que estaban los tejados, con una techumbre abierta, con las tejas son agarres, y soportando toda la noche, sin más luz que unas frágiles velas o la lumbre del hogar. No es de extrañar que el 7 de noviembre de 1645 quedara en la memoria de los milagros de la Virgen al describirse que un vecino de A Franqueira, Juan Domínguez, estando él, su esposa y tres hijos en cama, por la noche se levantó un gran huracán de viento y agua que derribó la pared maestra y el tejado, yendo a caer sobre el lecho en el que dormían. El hombre, invocando a la Virgen notaron como todo quedó amparado sin hacerles daño. ¡Esas sí que eran tormentas!.
Ayer, con la tarde infernal, de viento, agua, niebla... iban acercándose las 6 de la tarde para la celebración de la Eucaristía, y, yo, incrédulo pensaba estar solo en la iglesia sin que nadie se acercase. Y cual es mi sorpresa que un grupo de fieles están preparándose, no solo para la Eucaristía, sino que algunos piden recibir el Sacramento del Perdón. Varias familias venidas desde kilómetros para visitar a la Virgen y participar en el Sacramento. Insisto ¡devoción!, sí, diez. No dejo de sorprenderme y de inclinarme ante todo esto. El milagro de la fe se obra cada día.
¡Como necesitamos cristianos fuertes y sin complejos ante las dificultades de la vida!.
Nosa Señora da Franqueira. válenos e danos forza.
Feliz día
Javier Alonso
A Franqueira
16-09-15
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