domingo, 2 de abril de 2023

RAMOS DE PASIÓN, PASIÓN DE VIDA

 

Sal a la calle, recorre caminos y veredas, deja que el viento golpee tu rostro. Únete a hermanos y hermanas, corre, no dejes pasar la oportunidad, es ahora. ¡Ya está aquí! ¡Es Jesús! Ahora es cuando lo puedes ver, viene sobre un animal de carga, humilde y tozudo, no es un corcel majestuoso del noble y el rey, es el medio pobre y humilde. Grita, sonríe, canta, salta, proclama ¡hosanna! Viene el Rey, el que trae el poder del amor de Dios, la llamada a la fraterna comunión. Es una procesión de fiesta y jolgorio, de miradas satisfechas y cantos agradecidos. ¡Dios nos bendice, está en medio de nosotros!

Eres tú, hermano, hermana, quien camina hoy por las estrechas calles de la Ciudad Santa. No te importa el cansancio, ni los complejos. Ahora estás cierto que es Jesús, a quien esperabas, el Señor y Salvador, a quien tú anhelabas. Grita, dile ¡hosanna!

Hoy. Domingo de Ramos, tiene una segunda parte en su título: en la pasión del Señor. La alegría y el júbilo de la entrada triunfal, encuentra sentido en la narración de la Pasión. La fuerza de su Reinado está en esas horas duras y amargas, en las que el Rey ocupa el lugar de los últimos, de los que serían condenados por blasfemos y traidores, de los fuera de la ley, los corruptos y despreciados. El dueño de la Verdad que hace silencio para cargar las mentiras de los que se ganan la vida con engaños. El que cura el corazón y el alma, es herido para sanar a los que marcan el cuerpo de los demás con heridas punzantes. El corazón abierto que acoge a todos y es hogar de comunión, es desterrado fuera de la ciudad como un apestado. El que se sienta en la mesa de los pobres y llama a todos a la caridad, es despreciado y vejado. El que es Dios se hace esclavo, último, crucificado y entregado para llevar el peso de este mundo.

Con esta celebración inauguramos los días santos de la Semana Santa, el Señor despierta en nuestro corazón el hambre del amor, el Señor entierra en el sepulcro las realidades últimas de nuestro ser para esperar en Dios, el Señor nos levanta del polvo de la muerte.

Preparémonos para renovar en esta Pascua nuestra condición de hijos e hijas, hermanos y hermanas.

Feliz día

Xabier Alonso

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