sábado, 14 de abril de 2018

LAS HERIDAS




"Ved mis heridas". Les mostró  Jesús las llagas de la pasión.  En medio del miedo, inundados de la luz pascual, en la alegría y el temor, las heridas son expuestas, como las cicatrices de una batalla, en que la muerte fue vencida, siendo asumida y rendida, a los pies de la vida. Esta es la señal del amor, este es el signo de la salvación. En estas heridas hemos sido curados.
Ahora, abierto el entendimiento, llena la razón de la sabiduría del amor, acércate a las heridas abiertas del hermano, en ella está el resucitado. No es para ver de lejos, son para sentir en el seno, en el corazón amante.
Despierta, Señor, nuestra vida dormida en el temor y en el lamento. Espabila el oído a la escucha de tu palabra que nos transmite la paz. Acércate, Señor, a nuestra vida temerosa para llenarnos de  tu alegría y hacernos testigos de tu amor. Traspásanos con el fuego de tu Espíritu para abandonar nuestras seguridades y salir a los caminos de la vida siendo testigos de tu perdón.
Ahora, tú, nuestra salud, sana nuestras heridas. Nuestras derrotas son en tu victorias, nuestras tristezas son en ti alegría, nuestros miedos son en ti confianza, nuestras cegueras son en ti luz, nuestras incertidumbres son en ti certezas, nuestros egoísmos son en ti caridad, nuestra muerte es en ti vida.
Nosa Señora, Virxe da Franqueira, aquí estamos os teus filliños, protéxenos e ampáranos sempre. Amén

Feliz domingo
Xabier Alonso
A Franqueira, Prado e Lamosa
15-04-2018

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