Coto da Vella en la nevada del 2008
1. NOVENA A FRANQUIERA 2024. EL ORIGEN
Lo que viene de Dios se realiza desde lo pequeño, frágil y pobre. En el silencio surge la vida que se abre paso en el caos y pone, por la fuerza del espíritu, orden y apertura al futuro. Y llegada la plenitud de los tiempos envía a su Hijo, nacido de mujer. Sí, Dios se hace presente en el seno de una joven que acepta son condiciones el regalo que se le hace. Ser madre, y serlo del Mesías esperado. Y, ella, la Llena de gracia, bienaventurada por haber creído, se convierte en la mujer por excelencia. Una mujer sencilla, de un pueblo perdido y desconocido. Son la cosas de Dios.
La narrativa de los hombres en bien distinta, pues habla de poder y títulos, de violentas batallas y grandes gestas. Si fuera cosa de hombres se describiría como la gran descendiente de linaje real (que si lo es Jesús pues desciende del Rey David), pero estarían hablando de princesas y reinas, nobles y lacayos, de siervos o esclavos de cohortes y ejércitos que dominen y sometan, de sangre reales y todas estas cosas.
Pues así, como Dios da origen a las cosas, y realiza la historia de forma tan distinta, que no distante, lo mismo hizo en este pequeño lugar. Inhóspito y lejano quedaba, en la falda de A Paradanta, un espacio agreste, que se ve por el desnivel que aún tiene el terreno, escalonado y sin más posible futuro que un pequeño río, Uma, que nace en sus inmediaciones, lo que hace que esté el lugar lleno de manantiales, ricos en caudal. Y aquí, llevados por la fe que les invitaba a la austeridad y el silencio, se asentaron en la época sueva unos hombres eremitas. Es Franqueira nombre que significa "lugar de los hombres santos, honrados" y será el documento de 1063 que describa este título al donar los reyes tierras para seguir el fin para el que se asentaran. Pero en medio de estas fechas, sucede lo inesperado. Igual que en el evangelio, la Sagrada familia, tuvo que exiliarse, así la imagen de la Virgen, fue refugiada en una gruta de la montaña en el año 738. Allí, en el silencio y oculta, permanece a ala espera de que sea un signo del cielo el que haga posible su descubrimiento. Mirad que todo sucede teniendo por protagonistas, anónimos personajes que no hicieron más que vivir la sencilla vida del que cada día espera en el Señor.
Una anciana recibe este encargo. Nada sabemos, ni siquiera nos importa, pues una vez que ve el rayo de luz que despierta su curiosidad en el lugar que conocemos como "Coto da vella" ya nada pasa a ser igual. Una gruta de piedra, como la que adornan nuestras casas en Navidad. Así, como escena de un nuevo nacimiento, la Virgen con el Niño, aparece ante una anciana pastora. La mujer con su ganado es como aquello que dormían al raso, y corriendo fueron a ver el niño en el pesebre. Ahora es ella, renovada en su ancianidad, llena del vigor de la fe que se ve recompensada, sale a dar la buena nueva, corriendo como pueden sus pies. Y es que en un tiempo de pocas noticias, todo circula con más celeridad. Ya está en boca de todos, habría quien dudaría, pero ante la imagen todos tienen una opinión, razonada supongo y bien asentada. ¿Qué hacemos? Y una vez más los pobres y sencillos, a quienes Dios se manifiesta, nos dan una nueva lección. Ni estrategias, ni intereses. Si ella se ha revelado, Dios lo ha querido, si ella quiere estar entre nosotros, que Dios lo decida. Es esa fe la que mueve montañas, o por lo menos, en este caso, se mueve entre las montañas. Poner la imagen en el carro tiene su lógica, una imagen pesada y de piedra es la única posibilidad, pero vendar los ojos a los bueyes, es poner toda la confianza en Dios. Y esta es la lección de los pobres de Dios. Y descienden, y se detienen en el manantial que brota a los pies de la ermita que contuvo su imagen, la que hoy es el cementerio antiguo, al lado de O Outeiro. A Virxe da Fonte ya tiene nombre, en su casa quiere reposar, esperando que los romeros a su honor vengan a cantar.
Son muchas las lecciones que aprendemos de el origen de esta singular advocación. No hablo de leyenda, ni de cuento, la historia no es solo la que contiene datos certeros, sino la que también permanece en la tradición oral de un pueblo. Y Dios también habla en boca y corazón de un pueblo creyente.
Hoy, primer día de la novena, os invito a pensar cuantas veces Dios nos ha mostrado un signo de luz para hallar su presencia. Como resuelvo mis dudas y busco solución a los problemas. ¿Me pongo en manos de Dios? ¿Busco la presencia de Dios en lo sencillo y humilde? ¿En lo pobre de mi corazón y mi vida? Como los pastores, como aquella anciana ¿soy mensajeo de buenas noticias mostrando donde Dios está presente y manifestando su amor?
Recordemos los versos
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