domingo, 14 de abril de 2024

PAZ A VOSOTROS


 Queridos amigos. Seguimos acogiendo el testimonio de los hermanos reunidos en Jerusalén, atormentados en su interior, intentando encontrar respuesta a la paradoja de que el que colgado en la cruz murió, que lo sepultaron y se agotaron las esperanzas liberadoras. Ahora, como un imán, confluyen los diversos testimonios: las mujeres, Magdalena, ahora los de Emaús y Pedro,... el desconcierto es mayúsculo. No puede estar sucediendo. Me imagino el corazón de aquellos hombres y mujeres acelerándose a ratos, mirándose unos a otros, reabriendo sus pensamientos más lejanos de los tres años de compañía, escuchando cada palabra recogida en los caminos de evangelización. Y ahora, de repente, una palabra

PAZ A VOSOTROS. Y así se presenta el crucificado resucitado, mostrando las señales de la muerte que ha sido vencida, de la vida que se revela ante ellos. Paz. 

Ahora si que su corazón estalla de luces multicolores, derramando la frescura y la belleza de la vida. Vida y paz es el mismo mensaje, La paz es lugar de vida, la vida sin paz es abocada a la muerte. 

Pero, así como en la chispa del amor, la mirada de la amistad, la complicidad de lo que está por venir se mezclan con intensa fuerza como una cuerda en tensión, alegría nerviosa e incertidumbre ante lo desconocido, se oxigena con el aire nuevo del Espíritu el interior y se paralizan los pies por miedos que brotan como zarzas en el camino. La vida humana es también así, nos desborda el gozo y nos atenazan los miedos. 

Y Jesús nos invita a confiar en él. A que seamos testigos de lo que anunciaron los profetas y los salmos, ahora vemos que es verdad. ¿te has fijado que digo vemos que es verdad? Porque el testimonio de que Jesús está en medio de nosotros lo seguimos proclamando con la alegría de los apóstoles. Si no fuese así, piensa si es que cerraste la puerta y dejaste a Jesús fuera de tu vida y el ser cristiano no es más que un barniz. Mira a Jesús, el Señor, come con él en la mesa de la fraternidad, escucha a Jesús, ríe, canta, llora, vive, y la paz sea contigo.

PAZ A VOSOTROS. Y hoy le pedimos que se cumpla.

Feliz domingo

Xabier Alonso

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