jueves, 28 de marzo de 2019

EL PODER



¿Qué harías si tuvieses poder? Es fácil saberlo. Cunado se juega la lotería decimos a boca llena a quien ayudaríamos, como gestionaríamos para compartir esa posible fortuna. Creo que lo decimos por no quedar en evidencia lo que pensamos. Pues la experiencia demuestra que los premios pasan a ser en muchas ocasiones no solo motivo de división, sino la muestra de la miseria del corazón.
Si tuviésemos poder, decimos, haríamos lo contrario a lo que vemos en la vida pública, y así arreglaríamos la economía mundial, erradicaríamos la pobreza, habría trabajo, salarios justos, y un largo etc... pero la verdad es que lo primerísimo es sacarnos del medio a quienes son una amenaza de nuestro poder. Anular al enemigo, despreciarlo, crear confusión sobre sus intenciones. Eso le pasa a Jesús, su poder, dicen los contrarios no proviene de Dios sino de Maligno. Lo que es contrario a nosotros le ponemos en duda ante los demás.
Como nos cuesta ver lo bueno que hay en los otros.
Tú, Jesús, tienes el poder de unir, ayudando al hombre a reconocer que tu poder es el haber vencido al pecado y la muerte. 

Caminamos a la Pascua, vida en la unidad del amor. Por el poder de la resurrección nos hace partícipes de la vida nueva derrotando en nosotros al enemigo del hombre.

Feliz día
Xabier Alonso
28-03-2019

Lectura del santo evangelio según san Lucas (11,14-23):

EN aquel tiempo, estaba Jesús echando un demonio que era mudo.
Sucedió que, apenas salió el demonio, empezó a hablar el mudo. La multitud se quedó admirada, pero algunos de ellos dijeron:
«Por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios, echa los demonios».
Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo. Él, conociendo sus pensamientos, les dijo:
«Todo reino dividido contra sí mismo va a la ruina y cae casa sobre casa. Si, pues, también Satanás se ha dividido contra sí mismo, ¿cómo se mantendrá su reino? Pues vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú. Pero, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros.
Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros, pero, cuando otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte su botín.
El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama».

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