Hoy es un día grande. En una solo celebración conmemoramos a los apóstoles más importantes. Me viene a la mente algunos lugares como Roma o Lourdes, en ambos, a la entrada de las basílicas están las imágenes de estos dos apóstoles. Pedro y Pablo. El primero con las llaves que nos sitúan ante la esperanza de que las puertas de la eternidad no se cierran. Pablo con el libro y la espada. La palabra que divulgó por el mundo fundando las comunidades y la espada con la que sufrió el martirio, pero la espada que abandonó al conocer a Cristo camino de Damasco donde ponía todo su odio contra los cristianos. Pedro, llamado a ser pescador de hombres, Pablo el fariseo conocedor de la ley y los profetas. Pedro el que se envalentona y después huye y niega; Pablo, el muere a si mismo para que en él resida Cristo. Pedro el vínculo de unidad, Pablo el que sale a las periferias a predicar. Uno y otro nos hablan de lo mismo, en ellos se edifica la Iglesia de Cristo.
Dentro de unos meses tendremos la oportunidad de visitar Roma con motivo de la peregrinación diocesana. Una invitación a visitar, orar y renovar nuestra fe en este jubileo de la misericordia.
Os dejo información en este enlace
Feliz día
Javier Alonso
A Franqueira
29-06-16
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