Lo que mueve a Jesús a acoger a los pobres, lisiados, ciegos, mudos... los ponen a sus pies y les cura, es la lástima, se compadece de su dolor, su sufrimiento, su angustia. Jesús siente lástima de aquella muchedumbre necesitada de comer, y les da de comer. Hoy, ciegos de alma, a tumbos por la vida, sordos a la Palabra, mudos a la oración, hambrientos de Dios. Hoy tantos de los que nadie se compadece, que están al margen, marginados, a los que se excluyen, se les impide seguir adelante porque no valen, no producen, no son significativos, a no ser que hagan una heroicidad. Hoy es Jesús al que nos nos postramos, yo necesito ser curado de mi ceguera, de no ver la vida con los ojos de Dios y de no ver a Dios en la vida ¿y tú?. Yo necesito ser sanado de mi sordera, de no escuchar el grito del dolor de mis hermanos, de ser indiferente a sus lloros, de no escuchar la voz de Dios en los demás, ¿y tú?. Yo necesito ser curado de mi incapacidad de salir al encuentro del otro, de acercarme a quien padece, de salir de mis comodidades, de postrarme a los pies del Señor y lavárselos en los que padecen ¿y tú?. Yo, hoy, necesito ser saciado del pan de vida, de que lo poco que hay se comparte, y El lo multiplica, necesito alimentarme del pan de Dios ¿y tú?.
Ilumíname, ilumínanos Señor; sánanos, Señor, sácianos Señor.
Nosa Señra da Franqueira fainos abertos ao don de Deus no teu Fillo.
Feliz día
Javier Alonso
A Franqueira
02-12-15
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