Continuamos leyendo el evangelio de Marcos. Jesús sigue en Cafarnaúm. Sale de la sinagoga. Todos sienten admiración por él. Necesita un poco de vida familiar, la de su nueva familia, el discipulado. En casa de Pedro, con Juan, Santiago y Andrés, se acerca al lecho don de descansa en su enfermedad la suegra de Pedro. La toma de la mano y la levanta. Parece algo sencillo. Jesús sigue comunicando vida, salud, para rescatar al que yace en la postración. La que está sol en su enfermedad pasa a integrarse en el grupo. ¿Como? Sirviendo. Así es como nos rescata Jesús. Por su Gracia nos levanta, nos resucita, nos devuelve la vida y su sentido, para que nuestra misión, aunque sea sencilla, se convierta en protagonismo de que él nos invita por su fuerza a hacernos servidores.
Piensa por un momento las situaciones de derrota, de cansancio, de desolación. Es Jesús quien infunde un nuevo impulso por la fuerza de su amor. Somos rescatados por el bautismo a salir al encuentro de los demás para servir.
El nos pasa del cansancio a la alabanza.
Demos gracias
Feliz domingo
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