Hoy iniciamos este nuevo tiempo litúrgico. La cuaresma nos adentra en nuestra propia vida. Somos lo que somos. Y se impone ante nuestros ojos la urgencia de abandonar lo que no es propio de nosotros y adentrarnos con valentía en el camino pascual. Dentro de unas semanas, la noche de pascua renovamos el bautismo. Será decir sí porque toca?. No. Será decir sí a la vida renovada nacida de la Gracia.
Hoy, miércoles de ceniza, marcamos la frente con los restos de las ramas de oliva del domingo de ramos de la pascua pasada. Manchamos la cabeza con la suciedad que deja el fuego al devorar lo que ya está seco y no tiene signos de vida. Ahora, sobre estas cenizas comienza un camino y se nos dice "conviértete y cree en e evangelio". Deja que el Señor infunda la fuerza de su amor para que las cenizas devuelvan a nuestra vida la belleza del amor.
Conversión, palabra que desgranaremos a lo largo de estos días, no es fácil. Duele dejar actitudes, romper costumbres, adentrarse en lo nuevo. Conversión para creer en la Buena Noticia del amor de Dios.
Conversión y fe.
Conversión, descubrir la original versión de nosotros mismos, la película del autor, que dicen los cineastas cunado descubren la cinta original que había imaginado el director. La versión original de nuestro corazón, la que pensó para nosotros el Buen Dios.
Para creer. Para abrirnos a conocer en nosotros el amor, confiar en quien nos ama.
Comenzamos esta peregrinación, así que, Buen Camino
Xabier Alonso Docampo
26-02-2020
No hay comentarios:
Publicar un comentario