domingo, 24 de febrero de 2019

LA PRIMERA EN LA FRENTE



Venga. Que hoy el Señor nos pone a cada uno en su sitio. Aquí no hay escapatoria. Pon una excusa a lo que enseña hoy Jesús. ¿O esta parte la quitamos del evangelio?. Porque no hay más lectura que la que hacer, no podemos cargarnos el evangelio diciendo que habrá que interpretar, o darle una vuelta, o no somos capaces, o esto es para elegidos. 
El evangelio no es para gentes excepcional sino para quien quiere vivir de forma distinta. 
Hoy te invito a que lo acojas con la serenidad y la alegría de un niño, con la frescura de quien se adentra en algo especial. No pienses en que lo tienes que hacer, sino, gracias Señor porque me has elegido para llevarlo a la vida. Y no conviertas esta buena noticia en una lista de normas "tengo que". El centro está en quien tenemos que ser, y está en "sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso". El corazón en la miseria, en lo que no acepto de mi y de los demás es llamada al amor.
Insisto lee con calma, cada frase, cada momento.
Ha llegado la hora del perdón, del amor, de la ofrenda vital.
Solo es posible desde la Gracia
María, Madre de Misreciordia, estamos bajo tu manto

Feliz domingo
24-02-2019

 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«A vosotros los que me escucháis os digo: amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os calumnian. Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, no le impidas que tome también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames. 
Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. Pues, si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien solo a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores hacen lo mismo. Y si prestáis a aquellos de los que esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a otros pecadores, con intención de cobrárselo. 
Por el contrario, amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; será grande vuestra recompensa y seréis hijos del Altísimo, porque él es bueno con los malvados y desagradecidos. 
Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros». Palabra del Señor. 



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