viernes, 28 de noviembre de 2014

LA CRUZ DEL PEREGRINO






"El que quiera ser discípulo mío que cargue con su cruz y que me siga"
Estas son las palabras que recuerdo cada vez que cruzo este pequeño atrio y contemplo la cruz erguida entre dos árboles. Esta cruz, recuerdo de la celebración delos 40 años de la coronación de la Virgen, está en el centro, poniendo frente a frente a cada uno de los peregrinos ante la cruz. Tantos y tantas, que después de larga peregrinación descansan junto a ésta representación pétrea de la pasión. Como buscando, no solo la sombre de los dos árboles, ahora desnudos, sino también, la sombre santificadora de la Cruz de Cristo. Y es que el camino del peregrino, como el de la vida, está llena de cruces, unas más grandes y pesadas, y otras más sutiles, pero igual de dolorosas y que dejan secuelas. Pero cruces que van marcando la ruta de nuestra historia con pequeños jalones de santificación, cruces que nos unen a los que las sufren a causa de los demás, de las injusticias y los desalmes de los grandes.
Peregrino da Franqueira, al contemplar la cruz de tu Salvador deja a sus pies tus cargas y cansancios, pues este es el surtidor de la santidad. En el reverso de la cruz está la Madre, la Mujer nueva, la llena de fe, que permanece. Así, junto a ella, también nosotros permanezcamos junto al hermano que sufre, llevándole consuelo y amor.

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