domingo, 30 de noviembre de 2014

ADVIENTO: VIGILA

A Franqueira en la aurora de este domingo




Como un faro de luz que se extiende hacia el infinito, así, la torre del santuario van lanzando el haz de luz en medio de la noche marcando el rumbo de la fe de los peregrinos. Vigía siempre atenta para defender a sus hijos de las tinieblas y de la noche es María, icono, imagen bellísima de la Iglesia que está alerta para la llegada del Señor. Así rotas por las primeras luces resuenan en el cielo los cantos de los pájaros que anuncian el nuevo día. 

De luz nueva se viste la tierra,
porque el Sol que del cielo ha venido
en el seno feliz de la Virgen
de su carne se ha revestido.

Comienza este domingo el tiempo del Adviento, y acogiendo en nosotros la Palabra, escuchamos como un mandato urgente e imperativo: velad, estad atentos. Así, no os despistéis, estad siempre alerta, no por temor, sino para recibir bien dispuestos al que llega con poder. El gran poder de ser el Señor de todo y hacerse nada, anonadarse; de ser el dueño de todo, y hacerse pobre, empobrecerse; de ser el que todo lo puede, y hacerse frágil, debilitarse; esto sí que es poder. Por eso necesitamos estar en vela.

Traigo a esta pequeña reflexión la torre de la iglesia de A Franqueira, con esta luz en su interior, en medio de la noche, es faro de fe para todos, y nos recuerda que para poder vigilar, observar, velar, hay que subirse a lo alto, y soportar el frío, la soledad, la noche. Adéntrate en el Adviento como centinela en la noche para esperar el nuevo día.

Feliz domingo

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