Jubileo
de la Misericordia en A Franqueira
"Con
María, hacemos el camino de la Misericordia"
Introducción
Peregrinar
al Santuario de A Franqueira es una oportunidad única para obtener
la "fortaleza en la fe, la seguridad en la esperanza y la la
constancia en el amor" de manos de la Virgen a la que
proclamamos Reina y Madre de Misericordia.
Es
salir de nuestros hogares, nuestras cosas y nuestro ámbito, para
ponernos en camino.
Estamos
celebrando el Jubileo extraordinario de la Misericordia y hay muchos
matices e invitaciones que nos hace un Jubileo como este. Presentamos
de manera muy sencilla los aspectos más importantes de la
celebración del Jubileo en el santuario de la Virgen de la
Franqueira. Invitamos a vivir cada momento con intensidad y renovar
nuestra vida en Cristo, el rostro misericordioso del Padre.
1.
La peregrinación
El
camino a los pies de A Paradanta no es fácil, supone un trabajo y un
sacrificio. Es un camino que nos debe hacer pensar. Es una
oportunidad para la oración silenciosa y acompañada por el ritmo de
nuestro caminar. Este año enviamos unas tarjetas para ser
fotocopiadas y distribuidas entre los participantes. Recogen algunas
sugerencias de la lectura del Evangelio desde las obras de
misericordia, así como una propuesta de oración y recuerdo a la
Virgen.
Invoca a María,
Nuestra Señora de A Franqueira, ella peregrina de la fe, acompaña
el camino de la vida. Y pídele que con su amor materno te ayude a
estar al lado de los “refugiados, de los peregrinos, los
inmigrantes y perseguidos "este mundo
2.
La llegada
Tenéis
a vuestra disposición baños, duchas y vestuarios para asearse, pues
una de las obras de misericordia es acoger a los peregrinos. Pero
además de estas cuestiones prácticas, disponed el corazón para
encvontrarse con la Virgen María. En primer lugar dando gracias por
finalizar el camino, y, pidiendo la inspiración del Espíritu Santo
para entrar en el encuentro con el Padre Misericordioso.
Invoca a María, Madre
cariñosa, ella espera en este hogar a sus hijos. Pídele que te
ayude a ser un miembro activo de la comunidad de las hermanas, que es
la Iglesia
3.
La puerta de la misericordia.
La
iglesia de Nuestra Señora de A Franqueira,por su vínculo espiritual
con la basílica papal de Santa María la Mayor en Roma, goza del
privilegio de ser lugar perdonanza permanente. Pero en este año
Jubilar con mayor intensidad, si cabe. Siendo templo donde ganan las
gracias jubilares, la puerta principal se declara la Puerta de la
Misericordia. Antes de entrar en ella, fijándose en su belleza y
lenguaje artístico que transmite, se pueden hacer las oraciones que
hay en ambos lados. Damos gracias a Dios porque María nos muestra la
puerta del cielo y nos invita a prepararnos para el perdón y la
misericordia, para ser nosotros también misericordiosos. Entra en el
templo, orando en silencio y mirando a María Madre de misericordia.
Cristo es la puerta,
entrar en El es tener la vida. Invoca a María, Auxilio de los
cristianos, para dar gracias por el bautismo y renovar la fe
recibida.
4.
Camino de conversión
El
Para Francisco insiste en la necesidad de descubrir el corazón
inmenso del amor del Padre, que quiere perdonarnos y hacernos
partícipes del gozo de la reconciliación. El camino hecho es una
invitación a reflexionar sobre nuestras vidas. Tanto dentro del
santuario y la capilla de la penitencia hay sacerdotes disponibles
para los peregrinos que deseen recibir el Sacramento de la Confesión.
Existen esquemas de examen de conciencia y explicaciones sobre el
significado de la indulgencia jubilar.
Acércate a María,
Refugio de los Pecadores, pide la gracia de una sincera conversión.
Acércate a los hermanos para llevarles la misericordia en el perdón,
en la paciencia, en la corrección fraterna y en la caridad.
5.
Pasar por debajo de la Virgen
Desde
muy antiguo existe la tradición de pasar por debajo de la imagen de
la Virgen. Es una oportunidad para hacer un gesto, una expresión de
lo que sentimos y queremos vivir. Se puede hacer la siguiente oración
que es considerada la más antigua dedicada a la Virgen. En María
encontramos descanso.
Bajo tu amparo nos
acogemos,
Santa Madre de Dios;
no deseches las súplicas
que te dirigimos en
nuestras necesidades;
antes bien, líbranos de
todo peligro,
oh Virgen gloriosa y
bendita.
Revestidos en Cristo
somos nuevas criaturas. Cuidados al calor de Nuestra Madre recuerda
en la oración a los que están desnudos y desamparados, los enfermos
y en la miseria.
6.
Participar en la Eucaristía
Nos
dice el Concilio que la Eucaristía es "fuente y cumbre de la
vida cristiana". Junto con toda la Iglesia peregrina damos
gracias, alabamos y bendecimos. En el banquete de la Eucaristía
saciamos nuestra hambre y nos unimos en la caridad.
Como Jesús, que tuvo
compasión de la multitud, "ya que estaban perdidos y cansados
como ovejas sin pastor", pide a la Virgen María, Divina
Pastora, que te conceda un corazón compasivo para dar de comer a los
que tienen hambre.
7.
Beber en la fuente
Así
como tenemos sed en el largo camino, sentimos sed en el caminar de
cada día. Acercamos a la fuente de la Virgen es calmar la sed del
peregrino, sed de amor y de unidad, de comunión y de perdón, de paz
y de alegría. Beber y lavarse, somos; después de participar en los
sacramentos de la vida, la Reconciliación y la Eucaristía que nos
alimenta y sana; quién de dirigirnos a María, Fuente Divina de
Gracias, y fortalecerse para volver a casa siendo testigos del amor
que actúa en nosotros.
Reza la Salve con
devoción. Consagrarte a María, Virgen de la Fuente, para acercarte
a quien para sed0, y ser capaz de llevar el agua viva que es Cristo.
8.
Vivir la Misericordia
Proclamamos
a María, Reina y Madre de Misericordia. Ella descubre, desde la
humildad, la misericordia del Padre que la ha elegido para ser la
Madre del Salvador. Con prontinud, llevando en su seno al Hijo de
Dios, sale a servir a los que necesitan ayuda. Visitanado a su prima
Isabel lleva la alegría y la esperanza, y, por la acción del
Espíritu proclama la grandeza del Señor.
Después de la
peregrinación a la Franqueira queda llevar a todos lo que hemos
recibido. Sed misericordiosos como el Padre es el encargo que nos
hace el Papa en este jubileo.
Lleva e tu corazón a
María, que tuvo que huir para no matasen al Niño. Ella vivió como
refugiada en la tierra de Egipto. Ella es madre de un pueblo
liberado.
En esta peregrinación
hacemos un compromiso de participar en el gesto Diocesano del Jubileo
con nuestras limosnas a los refugiados y los cristianos perseguidos.
Felicidades a todos,
muchas gracias y buen camino.
Nuestra Señora de
Franqueira, Ruega por nosotros
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