domingo, 6 de agosto de 2023

JOVENES TRANSFIGURADOS

 


Durante estos días estamos viendo con admiración y asombro la gran asamblea que se está celebrando en Lisboa con motivo de la jornada mundial de la juventud. Una explosión de alegría, de experiencias de encuentro con Jesucristo, de profundización en la vida cristiana, de compromiso y consagración al Señor. Una JMJ podemos pensar qué es como el monte Tabor que se nos describe la lectura del evangelio de la fiesta de la Transfiguración en este domingo. Pedro, Santiago y Juan contemplan la actividad dos la gloria que les muestra Jesús y que les ayuda a comprender que el anuncio de la pasión que les acaba de comunicar tiene su auténtico sentido en el misterio de la resurrección. La pascua no es una situación de bienestar que provoque una ausencia y una actitud de desentendimiento de la realidad. La visión de la gloria es mostrarnos a lo que estamos llamados y que reafirma nuestro camino a pesar de las dificultades.

La JMJ es una muestra de la pedagogía maternal de la iglesia que acompaña a los más jóvenes a poder contemplar lo que significa vivir en la fe. La alegría desbordante, el silencio orante, la reflexión, el compromiso se convierte para los jóvenes en la palabra que Pedro pronuncia “que bien se está aquí”. La transfiguración es una muestra de lo que el Espíritu Santo puede realizar en nosotros sí nos abrimos a ser receptores te el amor. Igual que Elías y Moisés dialogar con Jesús significando que aquella montaña es símbolo del diálogo de Dios con su pueblo a través de la palabra profética y de la acción liberadora. Hoy a orillas del Tajo, en la capital de nuestro vecino Portugal, los jóvenes nos muestran como la vida de los cristianos es una palabra profética en medio del mundo de esperanza da fraternidad y como el compromiso para construir el reino de Dios es una llamada a la libertad.

Igual que Jesús desciende con sus discípulos más íntimos y les invita a continuar el camino, así los jóvenes de nuestra iglesia, siguiendo a Jesús, sin miedo, nos ayudan a todos nosotros a ser fieles al Señor.

El lema de la JMJ “ se levantó con prontitud y fue a la montaña” es la actitud de la Virgen María que se levanta y camina por la montaña para ir a visitar y servir a su prima Isabel. Con María, este domingo, le presentamos al Señor el deseo de no dejarnos postrados. Dios no se levanta para que sigamos el camino del Reino


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