Ponemos muchas cosas delante del Señor, o de la Virgen o los santos, viendo en exceso una religiosidad mercantilista. Yo te ofrezco tú me ayudas. A fuerza de forzar el encuentro se convierte en un culto vacío que tiene el riesgo de terminar en la decepción. Tanto le doy y no me favorece y parece que va peor.
¿Cual es el culto verdadero?
En espíritu y en verdad. Animados por el impulso interior del amor de Dios que reside en nosotros y en la verdad de aceptarnos a nosotros mismos, detestando lo que a Dios le duele de nosotros que nos hace daño y nos mata. Por esto Jesús, recuerda que las ofrendas en el templo si van desde un corazón dividido, enfrentado, en el que impera el odio o se manifiesta la violencia contra el otro, es una ofrenda vacía. Si estoy dispuesto a entregarlo todo a Dios y no acepto al hermano en mi vida me niego a entrar en el tempo del Señor, pues el hermano es lugar donde Dios también manifiesta su amor. Porque aunque parezca increíble, y ahí está el reto de la fe, Dios ama a quien yo no acepto. ¿Cual es pues la llamada?, Adorar en espíritu y verdad.
Nosa Señora da Franqueira ampara aos teus filliños da maldade e da hipocresía.
Bo día a todos
Xabier Alonso
A Franqueira
23/02/2018
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