Feliz domingo a todos
Desde hace unas semanas Je´sus, el perfeccionador de la ley, quien la lleva a plenitud, nos toma de la mano, como Buen Pastor, para guiarnos por las veredas de la verdad. Una verdad que resplandece con toda su fuerza en el corazón del hombre sacándolo de la encarcelación en la que lo somete el mal y abriendo para el las puertas de la bondad misericordiosa. Ésta, manifestada en el rostro del Hijo, es esencia de la misericordia que Dios Padre ha revelado para todos.
A la luz de la Palabra de hoy se rompe el camino del venganza poniendo ante el hombre el arma que derrota la lucha que divide. Ponerse ante el Hacedor de la criatura, hecha a su imagen y semejanza, y descubrir que nos llama a vivir lo que somos. El, que hace salir el sol sobre buenos y malos, derrota el ojo por ojo proponiendo un reto: el amor que acepta, disculpa, perdona, excusa, es paciente, servicial, ofrenda y oblación de paz.
Quiero también compartir con vosotros un interrogante que nace en el encuentro ¿quién es mi enemigo?. Ese por quien tengo que rezar, al que tengo que amar. Y amar, es todo lo que san Pablo nos decía y que os recordaba antes. ¿es mi enemigo el que piensa distinto?, ¿el que creer distinto, o no cree?, ¿el que es distinto?. No, en la diferencia se escucha la invitación a la unidad en el pluralismo. No es solo buscar en un documento de tregua o concordia aceptada, que tengamos que convivir. Sino el que es amado por el Padre, a pesar de la imperfección que me pueda herir, anular. Aquel que es violento conmigo, está siendo sincero?. Yo, cuando soy violento con el otro ¿desarrollo mi autenticidad de ser hijo de Dios?
Mi enemigo no es el otro, sino, quien pone en el otro el odio, la violencia. Mi enemigo es también el mismo maligno que pone en mi la tentación del egoísmo, la vanidad, el orgullo, que me obliga a poner una careta ante mi rostro impidiendo reflejar la mirada de hermano que da el Señor.
Nuestro enemigo ha sido derrotado en la cruz.
Amad a vuestros enemigos, pues en eso se muestra la santidad de Dios Padre en nosotros.
Nosa Señora da Franqueira, raíña da paz, axúdame a que o meu corazón estea aberto ao amor por todos.
Xabier Alonso
A Franqueira
18-02-17
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