domingo, 2 de diciembre de 2018

ADVIENTO: ESTAD ATENTOS



¡Cuántas distracciones!
Tengo que cruzar un par de calles. Voy a tiro fijo, necesito llegar, pero veo el reloj y aún me queda un rato. Diez minutos dan para mucho. Total es poco. Y qué bonito está todo. Ah, que buena idea. Un escaparate realmente precioso, y pienso, como se lo curran. Me quedo viendo una enorme decoración. El ruido es un poco molesto, no solo por la música, o más bien las músicas, porque cada local para atraer a sus clientes tiene cada cual su emisora. En algunos es un chunda... chunda que se ve que es para los más jóvenes. En aquel veo unas señora entretenidas en un par de prendas y hablan con pasión como si les fuese la vida en eso. Aquel señor con una cara de aburrimiento que se le notra que ya lleva unas horas. Unos niños en sus aventuras de juegos y jóvenes con las cervicales y pulgares ya dañados de tanto estar encima del móvil. Y yo, en medio de esta procesión lenta y solemne que me conduce sin descanso de local en local. No he caminado más que unos pasos. Veo el reloj y un escalofrío recorre mi espina dorsal. Ya pasan diez minutos de la cita y veo que estoy casi en el mismo lugar. Aligero el paso, camino sorteando grupos de compradores, bolsas, risas y conversaciones llenas de júbilo. Casi tropiezo o piso a un mendigo agazapado en medio de la ruta, casi me enfado. 
Y, por fin llego, allí está. Una sonrisa leve, comprensiva, es suficiente para me avergüence. 
Veo el reloj, intento disculparme, pero no puedo, sería mentir.
 Lo único es un "lo siento", a lo cual me responde "no te preocupes, estoy acostumbrado, llegué diez minutos antes de la hora por si podíamos aprovechar más el tiempo". 
Esto aún me desarma en el interior. ¡Qué vergüenza!
"Necesito que me ayudes. Lo que pasa es que tengo mucho que contarte. Tengo tantos problemas. ¿Tienes tiempo?"
Veo el reloj. Y ahora como me organizo para la próxima cita. Es un compromiso muy importante para mí.
"Si no puedes ya me arreglo"
"No ,. deja, dime"
Y mi mente ya estaba en otro lugar.
Y me contó. Lloró. Y a pesar del poco tiempo me dice "gracias por escucharme"

Estad atentos porque el Señor viene. No te entretengas. El espera, pero puede que llegues tarde
En este adviento que nuestro tiempo sea para El.

Espera en el Señor.

Xabier Alonso
2-12-18

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