Así nos enseña Jesús a rezar pues conoce nuestra debilidad. Esa, que está inscrita en ADN del hombre, que, en su ingenuidad quiere probarlo todo. "No tengas miedo" le dice la serpiente en el paraíso. Y su deseo de probar le niega la posibilidad de lo bueno. Era necesario haber conocido, experimentado, la desnudez, el miedo, la fragilidad, para que el Padre Bueno saliese al encuentro del débil hombre para rescatarlo.
No nos dejes caer en la tentación, líbranos del mal. Así queremos unirnos en este desierto cuaresmal para dejar que el silencio venza la palabra necia que nos envuelve en las tentaciones que vence Jesús. Necedad creer en el éxito milagroso de convertir las piedras en pan, necedad de tentar a ver si Dios me resuelve mis caídas al vacío absurdo; necedad de adorar a quien me complace engañándome con promesas de poder.
La palabra es alimento, la confianza es providencia, la adoración es humildad.
Llévanos con el poder del Espíritu, Señor, al desierto. Sequedad del corazón que conviertes en corrientes de agua viva, luz de amor que marcan senderos, hambre de Dios que fortalece al débil.
Virxe da Franqueira, axúdanos a entrar nesta coresma con decisión verdadeira de santa conversión.
Feliz domingo
Xabier Alonso
A Franqueira
03-03-17
