NADIE OS QUITARÁ VUESTRA ALEGRÍA
La alegría de la presencia del Resucitado hace posible un cambo radical de la postura del creyente ante el mundo. La tensión entre los avatares del mundo y sus rechazos con el gozo y la alegría que emerge dela promesa que está por cumplirse, hace que la alegría no sea un efecto que venga del exterior sino que nace del encuentro más profundo. La vida nueva hace brotar manantiales del corazón del hombre que saltan hasta la vida eterna. La alegría que regala el Señor se adueña de nuestra vida, y esta alegría que ya nos pertenece nadie nos la podrá arrebatar.
María convierte la esperanza de un pueblo en la presencia del que se muestra ante los hombres con el canto alegre de los ángeles. Los cielos y la tierra entonan un mismo canto. estamos llamados a subirnos a lo más alto y cantar con los coros de los ángeles.
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